La importancia del trabajo colaborativo: Entrevista con los directores de Pobo ´Tzu´- Noche Blanca
Pobo ´Tzu´ - Noche Blanca es resultado de años de trabajo colaborativo con la comunidad de Esquipulas Guayabal y especialistas en vulcanología y arqueología. A través de este trabajo de no ficción; completamente narrado en zoque y con tomas panorámicas impresionantes; Tania Ximena y Yollotl Gómez Alvarado exploran la potencia de la naturaleza y la conexión onírica entre esta y la cosmovisión zoque.
TANIA XIMENA
Cineasta y artista multidisciplinaria quien cursó la Licenciatura en Artes Visuales por la ENPEG La Esmeralda y desde entonces ha ganado numerosos premios y reconocimientos artísticos, así como participado en residencias alrededor del mundo. Sus proyectos utilizan el video arte, instalación, el cine, el arte sonoro y otros medios. Su obra es el resultado de investigaciones de campo de largo aliento en territorios con múltiples capas ecológicas, sociales y culturales, busca indagar en el efecto que producen ciertos fenómenos naturales y climáticos en la vida de quienes habitan estos territorios, involucrándose desde la experiencia personal y poética.
Su obra en vídeo se ha presentado en museos como el Museo Jumex de Arte Contemporáneo (2021), el Museo de Arte Carrillo Gil (2020), entre otros en México y el extranjero.
Entre los premios que ha ganado incluyen el Apoyo a la Producción Artística del Museo Universitario de Arte Contemporáneo MUAC (2020), ha sido becaria por parte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes por diversos años, así como por becas del Programa de Fomento y Coinversiones culturales FONCA y la beca de Investigación artística de la Fundación JUMEX Arte Contemporáneo (2019). Desde 2022 es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte.
Actualmente se encuentra en proceso de edición de su segundo largometraje acreedor del Programa de Fomento al Cine Mexicano (FOCINE) del IMCINE (2022).
YOLLOTL GÓMEZ ALVARADO
Cineasta, productor y fotógrafo. Inició su formación en la licenciatura en fotografía de la Escuela Activa de Fotografía; posteriormente realizó la Licenciatura en Artes Visuales en la ENPEG La Esmeralda. De 2008 a 2011 trabajó para películas de la productora CANANA, y en 2012 fundó Cráter Invertido.
En 2014, formó parte de 89+ proyecto curado por Hans Ulrich Orbist y comienzó a mostrar su trabajo en instituciones internacionales como la Fundación Cartier. En 2016 se conformó como miembro de Artscollaboratory y elaboró un modelo organizativo transnacional para espacios de arte. En 2015 inició el proyecto Tsuan: El momento más obscuro de la noche conformado por un largometraje y el desarrollo de un museo comunitario en Chiapas. En 2018 funda la productora de cine Cinema Cantera y la sala de cine independiente
Actualmente, trabaja en sus proyectos personales artísticos y cinematográficos. Ha sido acreedor de los estímulos de producción artística y cinematográfica más importantes de México.
¿Cómo fue el primer contacto con especialistas (la vulcanóloga y el arqueólogo) en el proceso de investigación sobre el volcán Chichón (Chichonal)?
Tania: Mariana Patricia Jácome Paz, vulcanóloga, es parte de la investigación y del proyecto desde el inicio porque básicamente fue gracias a ella que conocimos el volcán Chichonal. A mediados del 2013, mientras yo filmaba en el Iztaccihuatl, unos montañistas que trabajaban con ella me pasaron su contacto. Mariana siempre había tenido interés en las artes, en ese momento ella estaba haciendo una investigación fotográfica en torno al Nevado de Toluca para apoyar el proceso social que estaba sucediendo en ese momento, pues estaba perdiendo su denominación de área natural protegida. Yo también me encontraba filmando cosas en el Nevado, me interesaba documentar lo que estaba sucediendo allá.
Siempre he pensado que la historia, la película, siempre quiso ser contada porque realmente todo fue una serie de casualidades: cómo conocimos a Mariana, cómo empezamos a colaborar, cómo conocimos a la comunidad, cómo supimos de la cosmovisión zoque.
Hablamos con ella y resultó que estaba haciendo su doctorado en el volcán Chichonal. Coincidimos en Chiapas, le ayudé en una expedición manejando la camioneta porque quien iba a hacerlo se había lesionado. Yo ya tenía cosas en mente desde ese viaje; conocer el sitio, apoyar a la comunidad, ayudar a los vulcanólogos, etc. Desde ese momento ella formó parte del proyecto. Se fue construyendo una relación muy larga con la comunidad y nosotros. Mariana organizó un comité de monitoreo del volcán; talleres sobre riesgos y vulcanología; escribió diversos artículos sobre la comunidad y su cosmovisión respecto al volcán, no sólo desde la ciencia.
A León Contreras Román lo conocimos porque buscamos asesoría con los arqueólogos del INAH. Al tratarse de una excavación de un sitio bastante contemporáneo no hubo problema con la gestión de los permisos. Buscábamos un arqueólogo que nos ayudara con la catalogación y que comprendiera el trabajo cinematográfico. En ese sentido fue que coincidimos con León, porque estaba muy abierto a trabajar con otras disciplinas, complementando la parte científica.
¿Con qué riesgos se encontraron al filmar en la caldera del volcán y cómo los sortearon?
Yollotl: Desde el principio el equipo de vulcanólogos nos advirtió que era peligroso estar en esa zona por mucho tiempo, hay riesgo de intoxicación por los gases; siempre existió ese riesgo. Además, es un territorio que no tiene accesos fáciles, por tanto, las distancias implicaban un reto importante en la filmación. Caminábamos desde el pueblo anterior para estar un poco más lejos del volcán. El descenso al lago es bastante empinado y peligroso, y aún más con el equipo cinematográfico con mucho peso; fue un riesgo fuerte. Hubo días en que sí tuvimos que quedarnos a acampar para poder grabar el amanecer. Fue una experiencia y sensación muy potente el poder filmar en el lago, las salidas de vapor, de gas, etc. Siempre llevamos equipo de protección.
Tania: Hay zonas de la caldera muy calientes que están entre 70 y 100°C ; pero se van diluyendo con el agua. Sabíamos que era un sitio peligroso pero, como dice Trinidad, también es un imán que te jala a pesar de todos los riesgos. Teníamos conocimiento de todos estos, gracias al trabajo con los vulcanólogos. Aprendimos a probar el terreno con el bastón, cuidar en dónde pisar, etc. Recuerdo que a pesar de que podía ser difícil era de los momento más felices, para mí, el poder bajar ahí y admirar el volcán.
Yollotl: También un riesgo fue la dimensión social. Hay tensión y un conflicto social interno en la comunidad. Obviamente como agentes externos nos costó mucho entender cómo eran esas relaciones políticas y qué hacer para que la comunidad pudiera seguir conviviendo mientras rodábamos la película y las tensiones que eso generaba. Es un lugar donde no hay policía, la asamblea es la que manda, ellos tienen sus propias maneras de toma de decisiones y todo tiene que ser consensuado. Es un lugar sin servicios como luz o agua; la naturaleza está en todo su esplendor. Ir hacía el volcán es ir viendo la historia del mismo a través de los senderos.
¿Por qué se tomó la elección de que el largometraje estuviera totalmente narrado en Zoque?, ¿fue una decisión con implicaciones políticas respecto a la defensa y preservación de las lenguas indígenas?
Tania: Ellos hablan español con nosotros, pero entre ellos hablan zoque, es su lengua materna. Una de las cosas que también devastó la erupción del volcán fue el territorio, la cultura y, por tanto, la lengua, se empezó a dispersar y hubo un sentimiento de vergüenza al hablarla. Nosotros queríamos reivindicar la lengua, darle el lugar y la importancia que merece; por eso desde el inicio se decidió que la película fuera totalmente en zoque. Eso impactó en la dinámica entre la comunidad y el realizador, sus testimonios estaban en su lengua materna y eran más íntimos. En esta gran desición influyó en gran parte Román, uno de nuestros personajes; él fue defensor de la lengua zoque, miembro de la Academia de la Lengua Zoque. Román hablaba un zoque culto y pulcro. Es un orgullo tener en la película el testimonio de la forma en la que él hablaba.
Yollotl: Algo muy interesante, que nos llamó la atención, de la lengua zoque es que tiene una letra, la "o" herida, que es un circulo atravesado por una linea diagonal y, hecho es el el logo de la editorial del poemario de Trinidad. Los zoques son los hombres de palabra. Godard dice que "la lengua es la casa donde habita el hombre" y para contar el secreto zoque y lograr esa cercanía con la cosmogonía había que usar esa lengua. Una de las primeras veces que vimos a Trinidad nos dijo que en la lengua se esconde el gran secreto zoque, y era muy importante para nosotros que eso estuviera presente en la película.
Mientras el antiguo pueblo iba surgiendo de entre la ceniza volcánica y tierra ¿cuál fue la reacción de la comunidad que apoyó en la excavación? Varios eran sobrevivientes y otros veían la iglesia por primera vez.
Tania: Las reacciones fueron muchas, nosotros no sabíamos lo que iba a pasar. Había personas que fueron sobrevivientes que se refugiaron ahí; sabíamos que íbamos a regresarlos a ese momento trágico, pero a pesar de eso fue muy emotivo porque nos contaron cosas que iban recordando.
No todas estas anécdotas están en la película, pero varias sí. Como la que cuenta Charo a Trinidad sobre la mujer que dio a luz en la erupción. Recordaban que seis meses antes habían logrado conseguir una secadora de café y se quedó bajo las cenizas. Y una serie de cosas que fuimos añadiendo al guión, por ejemplo la misa y la danza. La danza fue una propuesta de la comunidad cuando se abrió el frente de la iglesia; la última vez que se había hecho esa danza fue antes de la erupción en esa misma explanada. La misma misa, como sucede en la película, se hizo porque empezaron a aparecer los fantasmas de las personas y la comunidad se dio cuenta que quizá debieron hacer una misa antes, pero no era tarde así que decidieron hacerla. Fue un momento de comunión muy importante, aunque en la película dura poco la escena en realidad la misa duró tres horas.
Yollotl: De alguna manera el desenterrar la iglesia fue lo que abrió la ventana a sus propias experiencias y sentimientos. Entonces lo que iban sintiendo se volvió el motor de la película, de lo que íbamos a filmar y las decisiones que se tomaban. Comenzaban a reencontrarse con el volcán como lugar sagrado y con su propia historia. Pasaban muchos tipos de experiencias con la excavación, pero de alguna manera se volvió el motor de todo.
¿Cuáles son los recuerdos más significativos que tienen con Trinidad, Fulgencia y Román?
Tania: Román fue quien nos acerco a Esquipulas Guayabal, nuestra relación era con la asamblea, por primera vez nos mostró el pueblo antiguo; así como está en la película nos dijo en dónde estaba cada cosa. Ese fue uno de los motores principales, imaginar todo eso que estaba solo en la memoria.
Un día al final de una de la asamblea, Trinidad se acercó a nosotros y nos dijo "yo soy la única persona aquí que les ha entendido todo lo que están diciendo". Nos invitó a su estudio de escultura, ahí tenía unos manuscritos de los primeros poemas. También nos contó que él nos había soñado, había vistos a unas personas con cámaras. Nos dijo que juntos haríamos cosas muy bellas. Trinidad nos encantó. Nos sedujo la forma en la que se acercó, cómo se expresaba y hablaba a través de la poesía de su cosmogonía. Después de eso se fue construyendo una relación muy larga de mucho trabajo y complicidad.
Yollotl: Con Fulgencia se fue haciendo una relación un poco más silenciosa y lenta para llegar a la confianza. Los sueños fueron el vínculo que tuvimos en común, por lo importantes que eran para ella y para nosotros. Nos contó cómo en un sueño le dieron un don para ser curandera; a partir de eso se fue abriendo más hacia nosotros. De hecho, habíamos grabado otras escenas que no están en la película en las que se abordan los sueños de ella con Trinidad. Fulge nos enseñó mucho sobre la cosmogonía zoque a través de su forma de relacionarse con el mundo; su jardín es espectacular, por eso decidimos filmarlo, por el cuidado que tiene en sembrar y cosechar cosas. Se generó un cariño y una admiración muy profunda hacía ella.
¿Y su acercamiento con Román, un líder comunitario?, ¿qué legado dejó a la comunidad?
Tania: Conocimos a Román por casualidad, creo que era algo que tenía que suceder. Lo conocí cuando regresé del primer viaje con Mariana Patricia. Estaba hablando sobre el volcán en un encuentro cultural y una persona se acercó y me preguntó si estaba hablando del volcán Chichonal. Esta persona me dio el contacto de Román y tras buscarlo un tiempo sin poder coincidir, a finales de 2014 decidimos ir a verlo a Tuxtla. Después de nuestra primera entrevista, se convirtió en nuestro cómplice. Nos mostró el potrero que antes era el pueblo, nos hizo imaginar el pueblo que ya no estaba. Román tenía una memoria muy detallada. Él tenia 11 años cuando ocurrió la erupción y recordaba cosas que los adultos no. Gran parte del legado de Román está en la película, creo que es un orgullo tenerlo ahí y poderlo mostrar. Él fue la persona que nos abrió todo este universo.
Yollotl: Por eso mismo la voz de Román es la primera que se escucha en la película, porque él nos abrió esa puerta y abre también la película. Él fue la llave para este proyecto, nos mostró todo.
¿Cómo se sienten ahora que el largometraje está a punto de estrenarse en cines?
Yollotl: Con muchas ganas de que se vea más de lo ya se ha visto. Con ganas de que sea más accesible para el público.
Tania: Yo sigo pensando en el desentierro, me parece algo metafórico y literal. Está saliendo algo que quedó ahí y ha estado sepultado por todos estos años. La erupción transformó toda la zona y aceleró la pérdida de la cultura zoque. A la fecha, hay muchas personas que no saben que existe el Chichonal, que hubo una erupción, que existe la cultura zoque. Que se muestre la película es esa apertura a todo ese universo. En este país lleno de distintos mundos es mostrar uno más. La erupción fue una de las más importantes geológicamente hablando en México; en ese momento sucedió y luego se olvidó, se sigue dejando a un lado. La película es una puerta a la cosmogonía y a todos los elementos de la cultura los que están desapareciendo. Es un desentierro en un sentido metafórico y literal de muchas cosas.
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